Mundo Chillón es una caricatura de la realidad que muestra más que la
propia realidad. Es un mundo con referencias al esperpento de Valle-
Inclán y al humor absurdo de Azcona y José Luís Cuerda, una parodia de lo
chic. Son estilos musicales de toda la vida que las modas han ignorado y
puntos de vista que el pensamiento único arrincona.
Sus influencias van desde Kiko Veneno o George Brassens a Goran
Bregovich, Kevin Johansen, Bersuit Bergarabat y el Selu de Cadiz.
Contradictorio y sorprendente, a veces áspero y con estrías, no apto para
el que espere que le sirvan todo predigerido, plastificado y con una sola
interpretación posible.
Pedro Chillón lleva lustros en los escenarios cocinando a fuego lento el
universo Mundo Chillón, lo que ha acabado con la poca vergüenza que
alguna vez tuvo. Pese a todo, a los programadores les pareció apropiado
llamarlo para telonear a gente como Javier Krahe, Pablo Carbonell y El
Gran Wyoming.
Un reflejo onírico, vibrante, bizarro, irónico, elegante, decadente,
sarcástico, contradictorio, tierno y visceral de usted mismo.